¿Diríais que el cielo en la noche,
un manto de terciopelo
trenzado con luces y fantasías,
es hermoso?
Oh, no,
yo lo veo de cerca,
veo sus miserias.
Voy
recorriendo la Vía Láctea
buscando restos,
no de estrellas ni planetas,
que por fortuna nada
tiene que ver el hombre con ellos.
Voy
tras cruceros encallados en asteroides,
busco reflejos de guerra,
tecnologías obsoletas,
naves a la deriva.
Y he encontrado peluches,
arpas de ballenero,
condones radiactivos,
aglomeraciones y nebulosas
de salivas y líquidos obscenos.
Tarjetas sin crédito,
un cepillo de muertes
horquillas desnudas
vírgenes en cinta
y carmín desdibujado....
Y una perra preñada en una burbuja.
Un diafragma del pasado
agujereado,
un espejo roto y ojos,
ojos salidos de sus órbitas, buscando,
buscando miradas.
Y basura,
mucha basura.
Aún diréis que mi vida es penosa
entre tanto desecho,
pero yo
busco basura,
materia inservible,
la almaceno
clasifico
y elimino.
¿Pero ustedes,
para cuántos de ustedes
no termina siendo
la más íntima compañera?
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